sábado, 21 de mayo de 2011

Esa Luna, luna mía


Pálida luna.
Cambiante y voluble, perenne.
Humedeces mi alma con solo mirarla,
¡es cuanto deseo!, ¡es cuanto anhelo!.

Gotas de Luna me caen, mientras recorro espinosos tramos.
Te miro a través de las hojas
que estiradas y orgullosas se levantan estando más cerca tuyo que yo,
te dejas ver, sales y te vas.

No veo tu resplandor,
mas siento tu presencia que se extingue poco a poco.
Destino cierto fue vaticinio de muchos hombres de ciencia, hombres sabios.
Sí. "Triste es la ausencia", mi luna.
Luna vuelve al otro día alumbrando caminos,
creando siluetas, acompañando amores,
guardando silencios, cobijando dichas y pesares.
Amarrando inspiraciones a canciones
que desde el comienzo te han dedicado su atención en pleno.

Hermosa luna, discreta, prudente,
todas las miradas atraes, ¡las sientes!.
Calladita miras, ¡sonríes!, lo sé.

Tengo mi imagen a los 5 años corriendo la cuesta
mirando cómo me seguías,
iba de la casa a la hacienda mía,
mientras te miraba, yo me escondía,
a ver si todavía jugando estabas.

Recorro memorias,
veo mis quince años rogándote, luna,
devolvieras el reflejo del rostro de mi amado,
que no conocía,
pero sabía también estaría contemplándote.
Luna mi luna.

No te apartes todavía,
luna cambiante, luna radiante.
Luna, luna, filtra al menos
tus gotas de luna por mi ventana o la tuya ....
"es tan dulce la despedida"...
Amante luna de eternos amores,
de eternos pesares,
Testigo inmutable de historia terrena,
Luna, luna, ¡luna mía!.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario